domingo, febrero 19, 2006

 

Artículos en El Visitante



El períodico El Visitante del domingo, 19 de febrero de 2006 tiene tres artículos sobre el tema de educación especial que incluimos a continuación.

En lista de espera los niños de educación especial en colegios y enseñanza en el hogar
Vivian Maldonado Miranda
entrevistas@elvisitante.biz
A los niños de educación especial que no están matriculados en escuela pública los colocan en una lista de espera para recibir los servicios de terapias a los que tienen derecho.
Esta fue la preocupación que planteó a El Visitante la madre de un menor con necesidades especiales, Denisse Osorio. Para Osorio, la primera alternativa fue matricular a su hijo autista de cinco años en una escuela pública. Sin embargo, manifiesta que la sobrecarga que tenían los maestros hacía que sólo le pudieran dedicar al niño cinco minutos diarios de tiempo individualizado en el salón de clases.
“É l estaba dos horas al día en la escuela. En el salón había diez estudiantes de educación especial, de los que seis eran autistas”, relató Osorio. Para aquél entonces, la interacción en la escuela pública hizo que el pequeño imitara conductas de sus compañeros de educación especial. “Empezó a morder, rompía los juguetes y se tornó bien agresivo”, dijo. Osorio comenta que el niño se metía debajo de una mesa, en donde pasaba la mayor parte del tiempo en clase.
En cuanto a las destrezas básicas, notó que estaba rezagado en tareas simples como pintar con creyones sobre un papel. A esto, suma que el último año que el menor pasó en el sistema público sólo tuvo clases la semana completa en una ocasión, ya que semanalmente suspendían las clases por algún evento como reuniones de facultad, de los maestros o se inundaba el plantel. “Para él, la escuela se convirtió en un cuido a tiempo parcial. Pero la escuela no es un cuido, es para aprender.”, formuló. Osorio aseguró que el pequeño aprendía más cuando no tenía clases y se quedaba en la casa con ella, que cuando acudía al salón.
Ante este panorama, retiró al menor del sistema público en mayo de 2004.
De acuerdo con Osorio, la educación en masa no funciona para todos los niños de educación especial, por lo que algunos padres optan por educar a los pequeños con condiciones como el autismo o el Síndrome de Down en instituciones privadas o en el hogar.
Para Osorio, la alternativa privada quedó fuera de presupuesto, ya que alega que el pago mensual en la escuela especializada sobrepasaba los $1,000. Como consecuencia, educa a su hijo en el hogar a través del programa a distancia de una escuela especializada en California. La madre asegura que la agresividad del menor ha bajado, es un niño alegre y sus destrezas de vida están casi típicas, comparables con las de un niño de su edad. Para fomentar la socialización, el menor asiste a la catequesis regular en la parroquia.
En la actualidad no existen estadísticas precisas sobre cuántos niños están bajo el régimen de enseñanza en el hogar en Puerto Rico. Sin embargo, Osorio puntualizó que las encuestas de los grupos de apoyo de home schoolers en la Isla estiman que hay entre 1,000 a 2,000 familias que practican la enseñanza en el hogar, de las cuales un por ciento cada vez mayor son niños de educación especial.
A pesar de que su hijo continúa recibiendo terapias bajo el Departamento de Educación (DE), Osorio afirma que el pequeño es la excepción, ya que día a día se topa con padres cuyos hijos no están matriculados en el sistema de educación pública y el DE los coloca en una lista de espera que puede durar años antes de que el niño reciba los servicios.
“ Esos niños tienen derecho a los mismos servicios que los que están matriculados en una escuela pública. Lo que pasa es que el DE le da prioridad a los menores que están con ellos.”, confirmó a El Visitante el intercesor de la Oficina del Procurador de las Personas con Impedimentos (OPPI), Milton Garland.
De acuerdo con Garland, los menores, según su condición física o mental, tienen el derecho por ley a los servicios de terapia del habla, ocupacional, física o psicológica a través del DE. Esta necesidad es independiente del método de enseñanza pública, privada o en el hogar que seleccionen los padres, siempre y cuando registren a los menores como niños de educación especial.
En los casos que no se les brindan los servicios, los costos por terapias a nivel privado pueden ascender a $400 ó $500 mensuales en ejemplos como el de Osorio, en el que el menor requiere terapias del habla-lenguaje y ocupacional.
Garland informó que las querellas por niños de educación especial que permanecen en lista de espera para recibir los servicios comprenden gran parte de los casos que trabaja la OPPI y alega que constituyen “la orden del día”. “Todo el tiempo se traen querellas aquí por la lista de espera. Aquí han venido padres que me dicen que su hijo lleva semanas, meses o hasta años sin los servicios”, agregó.
El informe de Distribución de los clientes del Programa de Protección y Defensa de las Personas con Impedimentos de la OPPI reveló que para el año fiscal que terminó en el 2005 se atendieron 1,241 reclamos por educación de personas con impedimentos. Estos reclamos incluyeron los casos de escuelas públicas, como los de niños en escuelas privadas y enseñanza en el hogar.
El total de reclamos por educación constituyó el tipo de querella más común en la división, equivalente a un 45 por ciento del total de los casos atendidos.
Garland aseguró que las querellas por la lista de espera que llegan a la OPPI mayormente se trata de niños matriculados en colegios, entre los que el DE tiene la falsa creencia de que si los padres pueden pagar una institución privada, significa que también pueden pagar los servicios de terapias.
“ Mi objetivo como madre es que cuando yo no esté, mi hijo pueda llevar una vida normal. Quizás no sea un genio en matemáticas, pero cuando vaya a una tienda nadie lo va a tomar por tonto”, concluyó Osorio.
Largo camino para los querellantes
Los padres que radican una querella ante la OPPI por la falta de servicios de educación especial del DE, pasan por un proceso que puede incluir la mediación o las vistas administrativas, según explicó Garland. En la mediación, se interviene con un ente neutral que trata que las partes, padres y DE, lleguen a unos acuerdos. De no ser así, se pasaría a las vistas administrativas, en donde ambos requerirán los servicios de abogados.
“ El proceso de vista administrativa puede tardarse bastante. Siempre se recomienda la mediación como la alternativa más corta”, dijo Garland al delimitar que podrían transcurrir meses mientras se resuelve la contienda. Entretanto, sostuvo que el DE debe proveer un remedio provisional para que los menores no tengan que permanecer sin los servicios mientras se aclara la controversia.


Desconoce las listas de espera
Vivian Maldonado Miranda
entrevistas@elivistante.biz
“Yo acabo de llegar”.
De esta forma el nuevo secretario auxiliar de educación especial, Ernesto Pérez, aseguró a El Visitante que desconoce cuántos estudiantes con limitaciones físicas matriculados en colegios o bajo el programa de enseñanza en el hogar podrían estar en lista de espera para recibir los servicios de terapias bajo el Departamento de Educación (DE). Pérez comenzó a ejercer en su cargo desde el pasado 17 de enero.

Secretario Auxiliar de Educación, Ernesto Díaz.
El secretario reconoció que la jurisprudencia estatal y federal exige que la agencia ofrezca servicios complementarios a los estudiantes de educación especial en escuelas privadas. Esto, siempre y cuando estén registrados ante el DE, se pruebe que tienen una limitación física o mental y que la ayuda va repercutir en su aprovechamiento académico. Los criterios de evaluación son los mismos que se aplican a los estudiantes del sistema público.
“ La realidad es que no estamos cumpliendo con los federales y estamos dando pinitos (los primeros pasos) para cumplir con el caso estatal”, agregó. Asimismo, Pérez aceptó que la espera se ha tornado crítica para algunos padres de niños de educación especial matriculados en instituciones privadas. Sin embargo, cuestionó la realidad de las listas y alegó que desconoce si el retraso está en la evaluación de los casos o en la prestación de los servicios.
El secretario descartó que la causa de la controversia sea la falta de personal, ya que la división cuenta con casi 9,000 empleados, entre maestros, supervisores, asistentes, personal administrativo y de apoyo.
El total de estudiantes que recibieron servicios de educación especial bajo el DE al 1 de diciembre de 2004 fue de 87,593, de acuerdo con los datos del Conteo Anual de Niños (“Child Count”) de la Oficina de Planificación de la Secretaría Asociada de Educación Especial. El presupuesto del programa que informó Pérez es de $500 millones.
“ No puedo decirte una estadística [de cuántos están en espera]. Pero indistintamente de cuántos menores están en espera, lo importante es qué vamos a hacer para darle la oportunidad a esos estudiantes que necesitan los servicios”, dijo. “Mi visión es atender la situación”, reiteró.
Pérez informó que las acciones correctivas en su plan de trabajo incluyen que se haga un censo representativo entre todos los estudiantes de educación especial que no están matriculados en el sistema público.
Además, declaró que iniciará una investigación sobre las alegadas listas de espera. Asimismo, insistió en que revisará el Manual de Procedimientos de Educación Especial que delimita los pasos a seguir en el manejo de casos. De igual modo, anunció que establecerá un componente de voluntarios certificados dentro de la agencia para que agilicen los procesos y se evite que los casos tengan que llegar a una querella.
Pérez formuló que la convocatoria a los padres está abierta para todos los que quieran participar en el cuerpo de voluntarios, por lo que se espera que cuente con representación de menores en escuelas privadas y bajo el programa de enseñanza en el hogar.
De esta forma, el secretario auxiliar hizo un llamado a todos los padres de niños con limitaciones físicas a unirse, no para luchar contra el DE, sino para trabajar en equipo con la agencia. Además, los exhortó a orientarse sobre todos los procesos a seguir para solicitar los servicios de educación especial bajo el DE y a canalizar sus quejas dentro de la misma agencia antes de acudir a mecanismos externos como la Oficina del Procurador de las Personas con Impedimentos (OPPI).
“ Yo estoy reconociendo que la secretaría auxiliar de educación especial no puede funcionar sola. Necesitamos la colaboración de los padres”, añadió. Al final de la entrevista, el funcionario pidió las oraciones del país.



“Nada escrito” sobre el manejo de los ‘home schoolers’ de educación especial

Vivian Maldonado Miranda
entrevistas@elvisitante.biz
El Departamento de Educación (DE) no posee una política pública sobre los procedimientos para evaluar a los estudiantes de educación especial que están bajo el régimen de enseñanza en el hogar y que solicitan los servicios de terapias bajo la agencia.
Así lo confirmó en entrevista exclusiva para El Visitante, el nuevo secretario auxiliar de educación especial, Ernesto Pérez. Pérez manifestó sus reservas personales sobre la capacidad de la enseñanza en el hogar para llenar las necesidades pedagógicas de los niños de educación especial. No obstante, afirmó que no tiene reparos en ofrecer los servicios a los menores cuyos padres determinan que ésta es la mejor opción y que siguen el procedimiento de registro que llevan a cabo los demás.
Cuando se le preguntó por el proceso que pasarían los padres y el menor bajo enseñanza en el hogar involucrado, Pérez aclaró que sus recomendaciones se basan en lo que él cree que debería ser, ya que no existe nada escrito al respecto, ni cuentan con un procedimiento claro para manejar estos casos.
Pérez detalló que en todos los casos que trabaja el DE se crea un comité compuesto por el maestro de educación especial y los maestros regulares que estarán en contacto con el niño, el director escolar, los especialistas que podrían atenderlo, los padres y el menor, para diseñar el plan educativo a seguir. En el caso de la enseñanza en el hogar, el secretario delimitó que habría que crear algún mecanismo para ajustar el diseño del comité a la realidad de los ‘home schoolers’.
De igual modo, recalcó que los padres tendrían que comprometerse con el sistema a que se garantizarán las áreas particulares de enseñanza, de modo tal que se demuestre que los niños pueden tomar las pruebas de ubicación de grado si regresan al sistema tradicional en un momento dado, o de equivalencia de cuarto año. Para esto, sugirió que los progenitores deben contar con un maestro colaborador certificado en métodos de enseñanza y currículo.
“ Lo que a mí me interesa verdaderamente es que el estudiante reciba la mejor educación y preparación posible”, proclamó.
Pérez se comprometió a establecer, como parte de su plan de trabajo, un política pública para el manejo de casos de estudiantes bajo el régimen de enseñanza en el hogar que soliciten los servicios complementarios de educación especial bajo el DE.

Comments:
Denise Barreto
La interrogante está en saber lo que sucede en el DE. ?Por que no asume su responsabilidad? Cada vez, estos niños son tratados con mayor indiferencia y la excusa que utilizan es "yo no sabia nada de eso" o "no estaba al tanto". Por eso estón en una situación legal bien controversial, el caso de Rosa Lydia, lo cual es bien merecido.
 
Solmarie Perez

Yo pienso que estan bien atrasados en el DE con respecto a la evaluacion y dar servicios a los estudiantes de necesidades especiales. Es triste saber que hay muchos estudiantes que estan esperando a ser atendidos.

El problema que tiene la madre sobre el tiempo que se le da a su hijo tambien es algo serio. Aunque el secretario piense que no existe el problema de falta de maestros, quizas si exista el problema de maestros cualificados para atender a estos estudiantes.
 
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